Me exalte por los ruidos que provenian de algún lugar lejano en mi mente,
me perdí en el pasado enterrando recuerdos en el viejo cementerio de mi barrio
Me tragué mis miedos y abrí los ojos, vi a mi madre postrada en la cama inerte y desangrada
mire sus ojos profundamente idos, sus dientes descubiertos me aterraban
aun así el frío lacerante me llevo a abrazarla...
Quise sentir su aroma por ultima vez pero la fragancia mortal era repugnante.
Ignorando la razón de su estado fatal
espere por horas hasta que dejé de resistirme al hecho de que me
encontraba sola y que mis pensamientos eran la burla de mi insana
imaginación.
Aquella hiriente frase de Nietzsche compuso mi verdad "“De nadie estamos más lejos que de nosotros mismos." y decidí marcharme lejos, donde mi cabeza no pueda llegar y
donde los insensibles e indiferentes pensamientos no siguieran con su engaño
pero me corrompí en ese trayecto descontrolado y mi deseo de destrucción retorno a mis vacíos psicológicos y me obligue a volver
Sonreí efusivamente ante mi nueva víctima y contemple sus ojos antes de herirlos..
Otra vez la culpa estaba ahí y mis monstruos salieron a luz
Note que la voz en mi cabeza era cada vez mas leve, cada vez mas imperceptible
Mi cura... resolví eran sus vidas y concebí tomarlas por mi egoísmo exquisito
Mi deseo siguió complacido su camino y dejo la timidez de lado
decidió ir mas allá de su fuerza rompiendo barreras
y coexistimos en adelante acorde a ello, sin resistirnos los dos
en un rincón remoto de placeres adversos a todo sentimiento de culpa
esclavos, siempre esclavos de nuestros impulsos
Felices hasta degenerar el fétido triunfar de las palabras amargas y las fraudulentas...